Se han encontrado controladores instalados desde la década pasada que pueden ser fácilmente intervenidos, los cuales funcionan en el sistema operativo Linux.
¿Qué significa esto? Que las conexiones abiertas a internet corren el riesgo de poder ser manipuladas a voluntad de un cibercriminal lo suficientemente capaz como para acceder a distancia al equipo, y esto le obtendría un control absoluto sobre las transacciones de este, ya que dicho controlador se encuentra configurado con numerosas funciones de administrador en el sistema.
Probablemente el lector considere esto un mal menor ya que puede pensar que más allá de la pérdida del capital de la empresa afectada él no se verá afectado de alguna manera. Consideración errónea ya que al estar todos los equipos conectados a un mismo sistema de control, las gasolineras pueden sufrir incluso un cambio de precios en el combustible afectado a millones de personas y generando pérdidas millonarias que definitivamente afectarían enormemente la economía de una población.
También se debe tener en cuenta que el escenario anterior es el peor propuesto, considerando que estas afectaciones son internacionales muy probablemente ya existan equipos de expertos en ciberseguridad trabajando para aminorar los riesgos y probablemente buscar una actualización que deje los controladores sin función alguna (aunque esto probablemente requiera una intervención muy profunda en el sistema de manejo interno de cada país).
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